“Yo los visité por los intensos dolores de espalda que no me dejaban
ni estar parada mucho tiempo en mi trabajo. Era desesperante no poder agacharme y
caminaba prácticamente cojeando. No podía si quiera echarme a dormir ni descansar por el dolor.
Luego de jarabes, pastillas e inyecciones, hicimos varios análisis donde se descartó que fueran
los riñones y detectamos que era la columna que requiere atención urgente.
Gracias a mis ajustes me siento mucho mejor, con muchas ganas de hacer mis
actividades en el trabajo. Ya puedo dormir mejor y me levanto con mucha más
energía. Estoy muy agradecida”.